¿Quién se ha llevado “nuestro” queso?Juventud vasca, derechos de ciudadanía y biografía truncada (Xabier Aierdi Urraza - Eusko Jaurlaritzaren Enplegu eta Gizarte Politiketako Saila / Departamento de Empleo y Políticas Sociales, Gobierno Vasco)
Este escrito tiene dos partes. En la primera se tendrá en cuenta la exposición oral realizada en San Sebastián durante el curso de verano, que representa el punto de vista del ponente, y que solo en parte respondía a la petición realizada por los organizadores al Departamento y, en la segunda, a forma de anexo informativo y no necesariamente en congruencia con la primera parte, se catalogarán las políticas de empleo dirigidas a la juventud por parte del Departamento de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno Vasco. Finalmente, se añadirá un breve comentario aclaratorio sobre la escasa congruencia de las dos partes.
1.
Mi acercamiento al tema de las dificultades de la juventud para el ejercicio efectivo de sus derechos de ciudadanía, especialmente los ligados a la construcción de su proyecto de vida autónoma, es sociológico y en parte similar al anticipado en la sesión anterior Joan Subirats(21).
Entrando en harina, recuerdo el título de aquel libro de Spencer Johnson(22) que se hizo tan famoso ¿Quién se ha llevado mi queso?, que por subtítulo llevaba el de Cómo adaptarnos a un mundo en constante cambio. Parafraseando, hoy nos podríamos preguntar quién se ha llevado nuestro queso. Algunos sectores se han llevado buenos trozos y el resto, una gran mayoría, mientras tanto, permanece en estado de shock. Muestra de ello, aporto una cita que explica perfectamente la lógica del marco desde el que debemos intentar comprender la cuestión de la juventud vasca, sus derechos de ciudadanía y las biografías truncadas:
«lo que los sociólogos llaman conquistas sociales y lo que los juristas llaman derechos sociales, nosotros lo llamamos distorsiones del mercado de trabajo. Esto es lo que son en lenguaje económico»(23).
Es una declaración que deja pocas dudas. El dilema está claro hasta para el mayor despistado: o conquistas sociales o distorsiones del mercado de trabajo. Esto es lo que hay. Esta es la lógica, y no otra. No ha lugar para el emprendizaje y otras zarandajas culpabilizadoras, que no hacen sino ocultar y despistar desde dónde se están imponiendo las nuevas reglas de juego. Esta situación recuerda al chiste que menciona Zizek(24) y que todos conocemos, sobre aquel borracho que buscaba la llave de casa bajo el farol porque, aunque se le había perdido en una zona más alejada de sombra, era el único lugar donde había luz. Según Zizek es lo que hacen los populistas, pero también lo que hacemos frecuentemente: buscar soluciones donde hay luz, mientras que los problemas y sus causas permanecen en la oscuridad alejados de la farola. No estamos acertando ni vamos a acertar a dar respuestas porque no estamos haciendo ni las preguntas adecuadas ni estamos analizando los contextos pertinentes.
Ayer mismo (18-6-2015), el papa Francisco, en su Encíclica sobre ecología, Laudatio si, apuntó propuestas muy interesantes que no suelen ser habituales en sectores progresistas. Sobre los jóvenes dijo: «Los jóvenes nos reclaman un cambio. Ellos se preguntan cómo es posible que se pretenda construir un futuro mejor sin pensar en la crisis del ambiente y en el sufrimientos de los excluidos»(25). Luego la pregunta radical que cabe hacer es la siguiente: si el mundo tiene límites físicos, ecológicos, ¿debemos nosotros poseer límites morales? En caso de respuesta afirmativa, el reto es dónde encontramos estos límites morales, desde dónde los acotamos, porque no es un problema de la juventud, sino de la sociedad en su totalidad.
Con base en los problemas constatables que actualmente tiene la juventud para desarrollar una biografía autodeterminada, ¿puede sostenerse que la población joven no puede desarrollar ni una ciudadanía integral ni disponer de capacidad para poder desarrollar un proyecto vital emancipado? La emancipación sí está realmente dificultada, pero no están en peligro los derechos de ciudadanía de la juventud. Experimenta una ciudadanía demediada, pero esta va a ser sine die la estructura sobre y en la que desarrollará su biografía en el futuro. Estos son los nuevos parámetros sociales que se están imponiendo. Debemos ratificar sin temor que esta situación no va a cambiar, es el nuevo terreno de juego nuevo, no va a cambiar a mejor y es más que probable que se agrave. Una visión de los derechos sociales que se basa en la forma en que han ido estableciéndose históricamente, nos lleva a la equivocada visión de pensar que los derechos siempre se acumulan de forma progresiva. Pero la ciudadanía no es un status inamovible, sino el resultado de un proceso histórico de fuerzas en lucha. Es progreso, pero puede ser retroceso, como estamos viendo en lo que se ha venido en llamar edad de Bronce del Estado de Bienestar.
En consecuencia, ¿está en riesgo la ciudadanía social de la juventud? No. ¿La política? Tampoco. ¿La civil? En absoluto. ¿La económica o la que deriva de la económica? Probablemente, en parte. Pero la suma de las distintas ciudadanías no nos da pie para afirmar su declive. No debemos exagerar, porque de las lecturas exageradas de la realidad únicamente se encuentran e imponen soluciones muy desacertadas para afrontar los problemas. Es un imperativo académico y categórico controlar la exageración o la deformación de la realidad, práctica cada vez más extendida en sectores sociales progresistas interesados en añadir a la agenda temática viejos y nuevos temas(26).
En cambio, sí es posible decir que la ciudadanía se está transformando, se está dando una cierta rearistocratización intra-social de la sociedad una vez que ha acabado la movilidad ascendente de los sectores populares que hoy pueblan las clases medias y clases medias-altas que han accedido a un alto nivel de capital intelectual, y a las ventajas que tal capital reporta en los ámbitos social y económico, como indica toda la obra de Bourdieu(27).
Los sectores económicos dominantes y las ideologías neoliberales preponderantes han impuesto unas nuevas estructuras económica y simbólica que dificultan la universalización de la ciudadanía social. Si a nivel mundial ya se había decretado la imposibilidad de la ciudadanía social universalizable como ya afirmó Bush padre diciendo que «el modo de vida americano era innegociable», ahora esta propuesta se ha instalado intrasocialmente en nuestro propio entorno. La ciudadanía aristocrática que antes enfrentaba -y sigue enfrentando- a países contra países, al Norte social rico contra el Sur social pobre, está llegando al interior de los países, y, por ejemplo, empezamos a tener sin ir más lejos una neo-estratificación interna también con base en la edad, y la vamos a seguir teniendo, y nuestra juventud es objetivamente perdedora con base este criterio clasificador(28).
Luego, ¿cómo hay que entender la crisis, como causa o excusa? Le llaman crisis, pero es lucha de clases abierta. En este marco de desposesión(29), la juventud se encuentra en la obligación de participar socialmente de modo poslineal, pues le declinan la ciudadanía laboral y los mecanismos de inclusión(30). La sociología lleva tiempo sugiriendo que la biografía en el futuro y sobre todo la de los jóvenes va a ser poslineal. La linealidad de nuestros padres o de gran parte de los de mi generación no va a darse en el caso de la juventud, lo que de ninguna forma es un fracaso, aunque así tienda a ser presentado. La ingente e imparable innovación tecnológica hace innecesaria la participación laboral y el empleo de una porción cada vez mayor de la población mundial y, en consecuencia, si deseamos una salida progresista, hay que abordar cómo repartimos el trabajo socialmente necesario para la reproducción de una vida social digna. Es lo que explica y exige la economía feminista(31).
Este contexto hostil al empleo, no nos exime del hecho de que deban arbitrarse todo tipo de medidas e instrumentos para el empleo de la juventud, como haremos mostrando el catálogo de medidas en la segunda parte, pero hoy por hoy estamos ante un tema de mucho más calado, y la precariedad nos va a caracterizar, va a ser estructural, es ineludible y, con base en la visión de Sennett, la juventud va a padecer una prematura y permanente corrosión del carácter(32), que le va acompañar a lo largo de su vida. La lógica del «todo a corto plazo» que ha aquejado a las poblaciones laborales adultas, en el caso de la juventud es constitutiva e instituyente de toda su trayectoria vital. Bauman lo adelanto diciendo que «no hay lugares donde arrojar los desperdicios humanos»(33), cuando afirmaba que en una dinámica en la que a los ejércitos de reserva le sustituyen los excedentes laborales, hay mucha gente que sobra, pero no sólo en la cumbre de la edad laboral, sino porque no conseguirá incorporarse por su base. El ejército de reserva debe esperar para saltar a primera fila; el excedente, en cambio, como su propio nombre indica está de sobra.
Frente a los nuevos ejércitos de reserva, constituidos por jóvenes, una y otra vez, como un mantra tan repetido como inocuo, se les dice que deben formarse, porque la formación es indispensable a estas alturas de la evolución humana. Por el contrario, estos jóvenes tienen el derecho, y la obligación, de preguntar «pero, ¿formarme en qué, cuando no habrá empleo asalariado para tanta población laboral potencial?”. Deberíamos ir buscando al menos nuevas farolas.
Aquí nos encontramos en otro proceso que la sociología ha descrito con enorme claridad y rotundidad, y que desde que Beck la formulase a finales de los noventa, lo ha confirmado el resto de los grandes autores, y que se refiere a la obligación que hoy tenemos de “buscar soluciones biográficas a contradicciones sistémicas». A esta perversidad sistémica se le añade además, por si fuera ya poco escarnio, la autoculpabilización de las víctimas. Hay que neutralizar todos los Coelhos del mundo, toda la literatura de autoayuda, que además de desenfocar la lente de la correcta visión de los problemas, le acusa a la víctima de ser la culpable de su situación. No hay introspección creativa, ni auto-formación permanente, que haga frente a la ausencia de oportunidades laborales. Ni el problema ni la solución está en el interior de las personas sino en un contexto laboral hostil. Como dijo Barbara Ehreinch(34), al menos, acéptenme lo siguiente: «no me parece que el cáncer sea un don». Padecerlo es suficiente, pero de ahí a vivirlo positivamente como una obligación va un trecho.
¿Quién ha traicionado la promesa? Cuando al parado de larga duración o al joven que no consigue incorporarse al empleo salarizado se le dice que sea emprendedor, ¿quién está traicionando lo prometido? La juventud ha cumplido todas las exigencias que se le han requerido y ha llevado a cabo todo lo que le han exigido que hiciera: ha estudiado, ha cursado másteres, ha aprendido idiomas, está preparado para la movilidad y ante su pregunta ¿de la promesa -de lo mío- qué?, le responden que está sobre-cualificado.
Este es un problema que supera con mucho al de la ciudadanía o al de la juventud, porque estamos ante un problema sistémico que requiere soluciones sistémicas, no biográficas, ni la mercancía averiada que estamos adquiriendo en estado de shock. De esta forma, el éxito de la humanidad, consistente en deshacerse del trabajo físico y pesado, lo estamos interiorizando como problema. Hace treinta años hablábamos de sociedad del ocio, de la informatización de la sociedad que nos liberaría del trabajo forzado. Hablábamos del reparto de trabajo, de la autoformación permanente, como soluciones que nos permitirían disponer de un tiempo libre de socialidad, destinado a un conjunto de objetivos de carácter comunitario que hoy permanecen absolutamente olvidados.
La mercancía averiada comenzó con las propuestas de Margaret Tathcher a las que luego ha seguido Cameron, por ejemplo. La primera dijo que no había sociedad, sino únicamente individuos y familias y el segundo ha hablado de la gran sociedad. Lo que están diciendo es muy claro: resolver socialmente y a través de vuestros grupos cercanos lo que el Estado no va ni a intentarlo, que nos lo hemos apropiado para nosotros, ni tampoco van a contribuir las clases que se están llevando el queso. Es lo que se ha llamado Secesión de los Triunfadores(35). El reciente libro de Owen Jones, El Establishment. La casta al desnudo narra perfectamente este proceso. Este interesante y joven autor publicó hace un par de años un libro todavía más interesante, Los Chavs. La demonización de la clase obrera, análisis certero de una actitud tan real como creciente(36).
Este contexto fue anunciado hace más de veinte años por Ulrick Beck cuando habló de la generalización inevitable de «la brasileñización de Occidente». Beck anticipó nuevos riesgos. No estamos ante algo original, sino ante algo que se venía cociendo, que se acelera y se intensifica, y que se concreta en la informalización del trabajo. A esta dinámica profunda del «nada a largo plazo» le ayudamos con la placidez individual del carpe diem, lo que como resultado da la prescindibilidad de sectores cada vez más crecientes.
Beck se percató de que no sería Occidente quien exportaría sus modelos de regulación laboral al tercer mundo, sino que las pautas de éste constituirían el modelo que se generalizaría en Occidente. Luego es desde este escenario virtual, y posiblemente muy real, desde donde debemos pensar el futuro de la realidad laboral y, por ende, de la juventud, porque no va a haber una vuelta atrás. Puede haber un descanso con la sustitución de la actual población activa por otra de menor tamaño en los próximos años, pero no deja de ser un pequeño remanso temporal.
Es probable, que terminada la crisis estemos ya en el nuevo escenario. Si reparamos por ejemplo en los movimientos migratorios, las poblaciones o colectivos poscrisis llegaron a Gipuzkoa ya en 2010, compuestas básicamente por personas de orígenes centroamericanos, especialmente por mujeres nicaragüenses, que han reducido su agenda básica reivindicativa (papeles y trabajo) al trabajo.
De la misma forma que se han acomodado a la nueva situación trabajando en el sector doméstico como internas por 600 euros, también una gran mayoría nos hemos acomodado a la nueva fase. ¿Inconscientemente? Probablemente, sí. Se avista una rearistocratización del mundo y se han cercenado las posibilidades para esas carreras ascendentes que han permitido que cualquiera de los presentes hayamos accedido a un estatus social impensable e insoñable por nuestros ascendientes. Nuestros abuelos eran campesinos, los padres trabajadores de la industria y nuestra generación es universitaria. Esa concatenación meritocrática ya se está revisando con las carreras de 3+2. Se garantizan tres; luego hay añadir dos más que serán muy costosas, y no al alcance de todos y todas.
El escenario está perfectamente diseñado, pero ante él mostramos contradictoriamente una actitud y un proceso: como actitud, la fatiga de la solidaridad y como proceso la estructura del desamparo, respectivamente.
Tenemos datos muy preocupantes sobre esta fatiga. Ante la pregunta «¿usted recibe más, menos o tanto como contribuye?», sólo un 4% de la sociedad vasca dice que recibe más que lo que aporta. Alrededor de un 20% dice que tanto como lo que contribuye, y un 66% que menos. La gran mayoría se auto percibe como aportadora neta, lo que da lugar a una situación de desamparo porque piensa que al menos debería percibir tanto como lo que aporta. Esta fatiga de la solidaridad nos auto-legitima en la idea de que no debemos o tenemos porqué contribuir en el bienestar de la colectividad, y en caso de hacerlo para empatar.
Un texto muy interesante dirigido y coordinado por Imanol Zubero para el Informe Foessa de 2014(37), se cuestionaba qué tipo de sociedad iba a salir de la crisis actual. En este texto se describen seis círculos que retroalimentan esta fatiga y debilitan la moralidad común porque un parte creciente de la sociedad tiende a sentirse desamparada por diferentes motivos, lo que le impide fijarse en las causas de su situación, mira en la farola equivocada, y termina precisando de un chivo expiatorio o de un culpable de la situación. Mostramos el gráfico y pasamos a describirlo.
1. El círculo de la desconfianza. La corrupción real o percibida (consecuencia en ocasiones de la propia lucha contra la corrupción y las noticias que genera), refuerza la desafección institucional, el desapego político y el relativismo ético, lo que favorece el desarrollo de la corrupción. La consecuencia es el debilitamiento de la cultura cívica y su sustitución por una cultura cínica.
2. El círculo del resentimiento: El asalariado medio, el que tiene nómina, siente que está perfectamente controlado por Hacienda; sin embargo, considera que otras personas, menos controladas que él (profesionales liberales, autónomos, rentas más altas), defraudan; lo que le provoca un profundo malestar, que le lleva a relacionarse con los impuestos en términos exclusivamente de coerción; por lo que exigirá permanentemente recibir servicios que supongan un «retorno» equivalente a los impuestos que paga. El resultado en la conversión del ciudadano en cliente, lo que dificulta la fundamentación normativa de la fiscalidad, su consideración como deber de solidaridad, para quedar reducida a mera exacción o, en el mejor de los casos, a inversión privada a la espera de contraprestación en forma de servicios provistos públicamente pero consumidos individualmente.
3. El círculo de la impotencia política: Quienes creen que el poder político está condicionado por los intereses del poder económico se muestran menos satisfechos con la democracia, confían menos en la capacidad de la política para reducir las desigualdades económicas y evalúan más negativamente la calidad de los servicios públicos. El resultado es el crecimiento de la desafección política y, como consecuencia, un mayor debilitamiento de la política democrática.
Es el caso de lo que está ocurriendo en Grecia, a la que le aplicarán unas medidas no decididas por la ciudadanía griega y que constituye el triunfo de lo que algunos autores han llamado las instituciones contramayoritarias. Según Ignacio Sánchez Cuenca son todas aquellas “que toman decisiones de calado político sin estar sometidas al control electoral; entran aquí los bancos centrales independientes, los tribunales constitucionales, las agencias reguladoras, la Comisión Europea, organizaciones supranacionales como el Fondo Monetario Internacional y otras similares”(38).
4. El círculo de la exclusión: La exclusión social y el abstencionismo electoral se solapan, generando una radical exclusión política de las personas y los colectivos más vulnerables y más necesitados de la existencia de un estado de bienestar consolidado. El resultado es el desempoderamiento de las personas y los colectivos que objetivamente más partidarios deberían ser de un estado de bienestar universalista.
5. El círculo de la precarización laboral: La dualidad del mercado de trabajo en España hace que el estado de bienestar sea poco redistributivo, ya que un mercado de trabajo excesivamente dualizado que hace que el sistema de protección social beneficie más a los trabajadores estables (insiders) que a los desempleados o a los trabajadores precarios (outsiders). Como consecuencia, aunque los grupos sociales con menos recursos económicos son más partidarios de las políticas redistributivas (que favorezcan a los más pobres), no son tan partidarios de una expansión del estado del bienestar que implique un aumento de impuestos. El resultado es un reforzamiento de la ambivalencia ciudadana ante el estado de bienestar. salista.
6. El círculo del sentimiento de desamparo: Aunque, como hemos visto, son las clases bajas y la clase profesional de cualificación media las que más están perdiendo con la crisis, la recomposición del discurso ciudadano sobre el estado de bienestar (valoración de los servicios sociales, cultura fiscal) en España parece estar siendo impulsada por unas clases medias que se sienten maltratadas por el poder político y agraviadas frente a otros colectivos sociales que, en su opinión, reciben mucha más ayuda y protección del Estado. El resultado es la ruptura de la universalidad y la conversión del espacio de las políticas sociales en un campo de lucha entre grupos de interés.
Todo ello contribuye a la ruptura de la universalidad, a la fatiga de la solidaridad, y si de alguna manera la solidaridad se alimenta de las relaciones cara a cara, es cierto que cuando ésta se transfiere al Estado de Bienestar, que es una maquinaria neutra, burocrática e in-afectiva, tenemos un grave problema para la transferencia automática de solidaridad. En ausencia de relaciones cara a cara -cuando das pero no ves a quién beneficias-, se corroen los materiales solidarios y se nos plantea el problema consistente en saber desde dónde podemos retomar y retroalimentar las bases de la solidaridad, o desde dónde se puede remoralizar la sociedad. Esta pregunta es importante, porque el Estado de Bienestar, en calidad de instrumento burocrático, asignará adecuada y justamente los recursos, pero no genera cariño.
A modo de hipótesis, como hemos adelantado, es probable que en diez años, como consecuencia de la dinámica del relevo generacional de la población activa, se reduzca notablemente el paro, pero tras esta etapa de adaptación de poblaciones activas, volverá a surgir el problema y nos volveremos a plantear si las crisis son causa o excusa. Volveré a estar de acuerdo con Zubero(39) cuando, hablando de la campaña xenófoba de Javier Maroto, afirmaba que en la sociedad es como un teclado con todas las sintonías concurrentes y cada uno toca la tecla que desea, la de la cohesión o la de la exclusión.
Naomi Klein tras el Katrina afirmaba, en La Doctrina del Shock, “algunas personas [los pobres de solemnidad] almacenan latas y agua en caso de desastres o terremotos; los discípulos de Friedman almacenan un montón de ideas de libre mercado”. Milton Friedmann había profetizado que “solamente una crisis, ya sea real o percibida, produce un cambio real”(40).
Pues bien, para finalizar esta primera parte, en una situación de recuperación o de reconstrucción de la estructura moral, los jóvenes pueden tener una ciudadanía laboral demediada, pero no una incapacidad para ser y ejercer ciudadanos. Y como esta situación no afecta solo a un sector de la población, a los jóvenes, sino a toda la sociedad, estamos ante un problema social en el que los jóvenes junto con otros sectores deben afrontarlo. Estoy convencido de que es posible el fracking solidario y a él deben contribuir de forma colectiva y comunitaria, es decir, que hay bastante más solidaridad latente que la que termina emergiendo y que, más que ausencia de solidaridad, tenemos un problema de carencia de imaginario para aflorarla. Es cuestión de la tecla que se quiere pulsar y de la ciudadanía que se quiera recomponer.
2. ANEXO
Políticas dirigidas directa o indirectamente a la juventud
Cambiando absolutamente de tercio, y ante la pregunta de qué hace el Departamento de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno Vasco para incentivar el empleo Juvenil, que es la que nos convocaba a la mesa redonda, es preciso referirse a diferentes programas e iniciativas que o bien son generalistas y tienen efectos colaterales positivos en el empleo de la juventud o que bien son específicos y pensados desde su diseño original en las características, necesidades y demandas de la población joven. Parte de estos programas e iniciativas son de otros departamentos del Gobierno Vasco y otra del Departamento de Empleo y Políticas Sociales.
Nos detendremos y catalogaremos estos últimos con especial énfasis en los más novedosos, centrándonos en aquellos que tengan relación con (1) el apoyo al emprendimiento joven, (2) a la formación dual, y (3) a la primera experiencia laboral(41).
A) Con respecto a los programas que tienen que ver con el Apoyo al Emprendimiento Joven, señalamos las siguientes ayudas o programas:
Ayudas a jóvenes para el desarrollo de una idea empresarial en el marco de los Proyectos Locales de Emprendizaje
Estas ayudas están dirigidas a personas jóvenes potencialmente emprendedoras (mayores de 18 y menores de 25 años), para su dedicación en exclusiva a la generación, análisis y estructuración de una idea empresarial en el marco de los Proyectos Locales de Emprendizaje. Se facilita al mismo tiempo la adquisición de competencias y habilidades vinculadas con el emprendizaje a través de actuaciones de asesoramiento y apoyo. Las personas que participen en este programa se comprometen a dedicarse en exclusiva al análisis y desarrollo de su idea empresarial y a asistir a todas las actuaciones de asesoramiento y apoyo para la generación y desarrollo de la idea empresarial. La cuantía máxima de las ayudas es de 2.000 euros por proyecto y las actuaciones deben tener una duración mínima de 3 meses.
Ayudas a jóvenes dirigidas a la puesta en marcha de nuevas iniciativas empresariales en el marco de los Proyectos Locales de Emprendizaje
Estas ayudas están dirigidas a impulsar nuevos proyectos empresariales por parte de jóvenes emprendedores y emprendedoras (mayores de 18 y menores de 25 años), que cuenten con una idea definida de negocio en el marco de los Proyectos Locales de Emprendizaje, a través de acciones de tutorización y acompañamiento necesarias para la puesta en marcha de su proyecto de empresa o negocio. Las actuaciones deben tener una duración de tres meses.
Las personas que participen en este programa se comprometen a dedicarse en exclusiva a la puesta en marcha de la empresa, asistir a todas las actuaciones de asesoramiento y apoyo para la implantación de la empresa y, a darse de alta en el Impuesto de Actividades Económicas en el plazo máximo de tres meses desde la finalización del proceso de tutorización y acompañamiento para la puesta en marcha del negocio. La cuantía máxima de las ayudas a conceder es de 2.000 euros por proyecto.
Ayudas a jóvenes que habiendo iniciado una actividad empresarial requieren un apoyo para la consolidación del proyecto en el marco de los Proyectos Locales de Emprendizaje
Estas ayudas están dirigidas a impulsar la consolidación de nuevos proyectos empresariales llevados a cabo por parte de jóvenes emprendedores y emprendedoras (mayores de 18 y menores de 25 años), que han iniciado una actividad empresarial y que requieren un apoyo para la consolidación del proyecto.
El apoyo comprende la subvención de los gastos de asesoramiento y acompañamiento en la gestión diaria de la empresa, así como de los costes de cotización al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos de la Seguridad Social durante 6 meses. La cuantía máxima de las ayudas es de 3.000 euros por proyecto.
Gaztempresa
La iniciativa Gaztempresa es una iniciativa de Laboral Kutxa que tiene por objeto fomentar el empleo y apoyar la creación de empresas, ofreciendo asesoramiento y acompañamiento personalizado en el análisis de viabilidad de los proyectos, en la elaboración de los planes de negocio y en la puesta en marcha de las nuevas iniciativas empresariales promovidas por personas jóvenes, incluyendo el apoyo en la búsqueda de financiación. Además, posibilita el acceso a una red social de emprendedores-on line, con el objetivo de compartir experiencias e intercambiar información. Para ello, Gaztempresa ofrece unas condiciones más favorables de financiación, con un tipo de interés del Euribor más el 1% para los primeros 60.000 euros y Euribor más el 1,50% para el resto de la inversión, con plazos de amortización que pueden alcanzar los 12 años y por un importe máximo de 150.000 euros.
Urratsbat
Urratsbat es un programa coordinado por TKNIKA para ayudar al alumnado de formación profesional en la creación de su propia empresa, convirtiendo de este modo los propios centros en viveros e incubadoras de empresas. El programa está dirigido al alumnado de segundo curso de los centros de formación profesional de grado medio y superior, a ex-alumnos y ex-alumnas de los centros y a cualquier persona que tenga relación con los mismos a través de cursos de formación no reglada o formación no presencial. Cada centro dispone de una persona que realiza labores de sensibilización, dinamización y asesoramiento de proyectos empresariales, acompañando al promotor en todo el proceso de creación la empresa.
Cursos de formación y difusión de Economía Social para jóvenes
Esta iniciativa tiene como objetivo facilitar la formación en economía social a través del apoyo a actividades formativas y de difusión llevadas a cabo por diversos agentes educativos del ámbito universitario y societario (vinculados al ámbito de la universidad, de las cooperativas y sociedades laborales y de los centros de formación).
Este apoyo comprende:
- Actividades formativas destinadas a la formación específica y diferenciada en economía social para iniciar, perfeccionar o cualificar el conocimiento sobre el cooperativismo o las sociedades laborales, en el ámbito universitario y/o societario; acciones de diseño y puesta en marcha de una empresa de economía social como parte de la formación universitaria, tutelada por la misma; y acciones interuniversitarias de desarrollo normativo de sociedades de economía social.
- Actividades de difusión a través de la edición de publicaciones periódicas sobre cooperativas y sociedades laborares y de la celebración de jornadas periódicas. Las ayudas tienen una cuantía del 85% del coste neto de la actividad.
Junior Cooperativas
Este programa da forma jurídica a la creación de cooperativas en el ámbito educativo, desarrollando y canalizando el espíritu emprendedor de los jóvenes que compaginan sus actividades formativas con el desarrollo de trabajos reales. Una Junior Cooperativa se define como “aquella sociedad cooperativa cuyo objeto social consiste en la implementación práctica de sus habilidades y de los conocimientos que los socios y socias usuarios van adquiriendo, en calidad de alumnas y alumnos, en las actividades docentes llevadas a cabo por los centros de enseñanza en los que se encuentran matriculados, a través de la puesta en marcha en el mercado de las diferentes ofertas y proyectos que se van generando por los alumnos y alumnas”.
Las nuevas cooperativas se constituyen por equipos de estudiantes al inicio de sus estudios como asociaciones, para convertirse luego, con la ayuda del programa, en cooperativas de Trabajo Asociado Junior. Estas cooperativas están orientadas hacia servicios de consultoría, asesoramiento y coaching, innovación social y educativa, marketing experiencial, emprendizaje social, diseño y organización de eventos, tecnología y creación de apps y servicios de producción musical
La constitución de una Junior Cooperativa recibe una subvención de 2.100 euros por cada persona socia trabajadora incorporada («ayuda para emprender»), con el límite del capital suscrito por dicha persona. En el caso de la incorporación de una persona socia trabajadora que proceda de una situación de desempleo, el importe se amplía a 2.500 euros por cada socio trabajador incorporado («ayuda para incorporación»).
Acciones innovadoras por el emprendizaje juvenil
A través de esta iniciativa se experimentarán nuevas metodologías para fomentar y apoyar la iniciativa emprendedora de la juventud vasca. Uno de los ámbitos de trabajo a desarrollar será la creación de redes de apoyo a la creación y consolidación de este tipo de iniciativas que puedan ayudar a cubrir algunas de las debilidades tradicionales del emprendimiento juvenil, como son la falta de experiencia en gestión y las dificultades de acceso a la financiación necesaria.
Se entiende que este objetivo se ha cubierto, en gran parte, a través de las iniciativas de apoyo a las personas emprendedoras (desarrollo de una idea empresarial, puesta en marcha y consolidación de nuevas actividades empresariales), y de las iniciativas de apoyo al emprendimiento local comprendidas dentro de las Acciones Locales de Promoción del Empleo (creación y consolidación de nuevas iniciativas empresariales).
B) Refiriéndonos a los que tienen relación con la formación dual, señalamos Programa Hezibi
El programa HEZIBI de Formación y Trabajo desarrolla un modelo de formación profesional en alternancia, dirigido a estudiantes de formación profesional y a personas jóvenes desempleadas de entre 16 y 30, años para mejorar sus competencias profesionales mediante la obtención de un certificado de profesionalidad o titulo de formación profesional inicial en régimen de alternancia con la actividad laboral retribuida en la empresa. De este modo se contribuye a ajustar las necesidades de las empresas con las competencias adquiridas por los trabajadores y trabajadoras.
Las empresas que celebren contratos de formación y aprendizaje en el marco de este programa reciben una ayuda de 2.000 euros por año de contrato. En el caso de que la duración sea superior o inferior a un año, la ayuda se incrementa o minora de manera proporcional. Los y las estudiantes-trabajadores o trabajadoras reciben un sueldo equivalente a su jornada laboral, en función del convenio del sector para trabajadores en prácticas, pero nunca inferior al salario mínimo interprofesional.
Formación práctica en centros de trabajo
La formación práctica en centros de trabajo tiene como objetivo promover la formación de las y los alumnos de los ciclos de formación profesional a través de su participación activa en contextos productivos reales que les permitan poner en práctica los conocimientos, actitudes y habilidades que han adquirido, contribuyendo al mismo tiempo a lograr un mayor ajuste entre la Formación Profesional y las necesidades reales de los procesos de producción.
Este programa se desarrolla en todos los ciclos formativos de Formación Profesional, con una duración de 3 meses de formación práctica en centros de trabajo que se realiza en horario y periodo escolar entre los meses de septiembre y junio, con una jornada semanal de entre 25 y 35 horas en las cuales el alumno o alumna acude a una empresa para desempeñar las actividades productivas propias del título profesional que quiere conseguir.
C) Y finalmente, entre aquellos programas que priman la primera experiencia laboral, a continuación reseñamos,
Lehen Aukera
El Programa Lehen Aukera surge en 2013 como una vía de acercamiento al primer empleo dirigida a jóvenes titulados de formación profesional y universitarios, con el fin de proporcionales una mayor capacitación profesional y facilitar el tránsito del ámbito educativo a la vida laboral activa.
Inicialmente, el programa consistió en la realización de un módulo formativo de tres meses de duración o equivalente que se materializaba en un periodo de formación práctica en empresas en actividades relacionadas con su perfil académico. Durante 2013 se firmó un acuerdo de colaboración con Confebask y las asociaciones de centros de Formación Profesional IKASLAN y HETEL, a través del cual se puso en marcha una primera experiencia piloto, de la cual se beneficiaron 585 alumnos y alumnas de Formación Profesional y 600 del ámbito universitario, y a la cual se destinaron 960.000 euros.
Durante 2014 el programa se ha reenfocado, por solicitud de los agentes sociales, hacia una ayuda a la contratación laboral de las y los jóvenes.
De este modo, la convocatoria lanzada durante el 2014 ha estado dirigida a apoyar la contratación en prácticas de personas jóvenes en situación de desempleo, inscritas en el Sistema Nacional de Garantía Juvenil y sin previa o escasa experiencia laboral en empleos relacionados con su titulación, por empresas vascas, como medida para favorecer la mejora de su empleabilidad, a través de la adquisición de experiencia profesional, y de consolidar su inserción laboral.
Los contratos apoyados deben tener al menos 6 meses de duración, referirse a puestos de trabajo adecuados al nivel de estudios o de formación cursados por la persona contratada, y suponer una creación neta de empleo sobre la plantilla media de la empresa.
El importe subvencionado por cada contrato se determina en función del salario bruto de cada contrato, del siguiente modo:
Intervalo 1:
Salario Bruto Mensual entre 872 y 1.050 euros; Subvención de 2.450 euros.
Intervalo 2:
Salario Bruto Mensual entre 1.051 y 1.290 euros; Subvención de 2.950 euros.
Intervalo 3:
Salario Bruto Mensual superior a 1.290 euros; Subvención de 3.620 euros.
Las cuantías de subvención mencionadas se refieren a contratos a jornada completa. En el supuesto de contratos a tiempo parcial, se ajustan los importes en proporción a la jornada. Estas cuantías se incrementan en un 10% en el supuesto de contratos de, al menos, 12 meses de duración.
Contratación de jóvenes titulados en centros de empresas vascas
en el exterior
Este programa pretende favorecer la inserción laboral de personas jóvenes menores de 34 años en situación de desempleo y sin previa o escasa experiencia laboral, en empleos relacionados con su titulación, mediante su contratación en prácticas por empresas vascas que cuenten con centros de trabajo en el exterior, incluyendo la contratación un periodo de aprendizaje en dichos centros de trabajo.
El objetivo es favorecer la adquisición de experiencia profesional y cualificación adaptada a las necesidades de las empresas y apoyar al tejido empresarial de la CAPV que está realizando un importante esfuerzo de internacionalización.
Se subvencionan los contratos de prácticas celebrados a jornada completa de duración mínima de 12 meses para jóvenes que tengan titulación universitaria, de formación profesional o equivalente, y que garanticen una estancia mínima de 7-9 meses en un centro de trabajo en el exterior vinculado a la empresa. La cuantía máxima de la subvención por costes salariales y de la Seguridad Social está condicionada por el país de destino y el nivel de formación, con un mínimo de 15.834 euros y un máximo de 25.200. A esto se añade un complemento de 350 euros mensuales por persona en concepto de dietas de alojamiento y manutención durante los meses de estancia efectiva en el extranjero.
Ayudas a contratos de relevo
Esta iniciativa tiene como objetivo fomentar el empleo de los jóvenes menores de 30 años que se encuentren inscritos en Lanbide y de aquellos jóvenes que estén trabajando en una empresa con un contrato de duración determinada. Para ello se subvencionan los contratos de relevo que realicen las empresas con este colectivo de jóvenes, con la condición de que los contratos se celebren a jornada completa y por tiempo indefinido, o bien, en caso de ser de duración determinada, que en los mismos se contemple el compromiso inicial, de que, a su finalización o en un momento anterior, se conviertan en contratos indefinidos.
Convenios de orientación profesional con Universidades y la Fundación Novia Salcedo
Lanbide establece convenios de colaboración con la Universidad de Deusto, la Universidad del País Vasco, la Universidad de Mondragón y la Fundación Novia Salcedo para facilitar la inserción laboral de jóvenes que estén cursando estudios universitarios en último curso o con estudios universitarios recientes.
Los acuerdos con las Universidades se materializan en servicios de información y orientación laboral ubicados en los campus para jóvenes matriculados en las citadas universidades que estén en el último año previo a la obtención del título. El acuerdo con la Fundación Novia Salcedo tiene como objetivo llevar a cabo experiencias innovadoras dirigidas a las inserción laboral de jóvenes recién titulados mediante la realización de prácticas formativas y con beca en empresas, acciones de formación en áreas emergentes y competencias transversales, y movilidad internacional.
Orientación específica y acompañamiento al empleo para jóvenes
Lanbide presta un servicio de orientación y acompañamiento al empleo específico para personas jóvenes consistente en el desarrollo de acciones y medidas de información, acompañamiento, motivación y asesoramiento que, teniendo en cuenta las circunstancias profesionales de la persona, le permitan determinar sus capacidades e intereses y gestionar su trayectoria individual de aprendizaje, la búsqueda de empleo o la puesta en práctica de iniciativas empresariales.
Este programa ofrece ayudas a las entidades que decidan colaborar en la prestación de servicios de orientación para el empleo y el autoempleo derivados de los itinerarios personalizados que se establezcan.
3. Conclusión inconclusa
A modo de conclusión, terminaré con un apunte que se refiere a los dos planos de realidad que se presentan en este documento. Uno primero, más a modo de prospectiva, recoge y se hace eco de las actuales dinámicas sociales, políticas, ideológicas y económicas dominantes, que abocan a un fin de la sociedad laboral, con ganadores y perdedores, y en la que los jóvenes van a disponer de una integración laboral dificultosa y del que se habla en el primer apartado del texto. Uno segundo, en el que se catalogan los diferentes programas que ha puesto en marcha el Departamento de Empleo y Políticas Sociales y parte de los cuales promueven aunque parcialmente algunos de los aspectos criticados en la primera parte, como el del emprendizaje.
No todo emprendizaje es necesariamente culpabilizador, pero es evidente que ideológicamente comienza a cumplir esa función estructural de forma creciente, ni todo programa dirigido a sustentarlo es necesariamente inútil. Por todo ello, como Gobierno, el Vasco, y como Departamento, el de Empleo y Políticas Sociales, desarrolla inexcusablemente programas de empleo, dirigidos a todos los sectores y con base en las diferentes iniciativas o potencialidades que desea promover, porque no puede eludir su función de activación laboral.
Ahora bien, hay aquí una contraposición entre una lógica más científica, orientada a visualizar cuáles serán las tendencias laborales y de integración social futuras, y una lógica basada en la ética de la responsabilidad que obliga a poner en marcha programas, parte de los cuales pueden entrar o no en contradicción con las tendencias más de fondo. Ni la perspectiva científica debe desentenderse de la responsabilidad de sus descubrimientos, ni la perspectiva política de los conocimientos contrastados que aporta la ciencia. Un sano equilibrio entre ambas formas de acercarse al mundo y ser consciente de que siempre se actúa dentro de un marco limitado de alternativas, nos permite entender los dilemas a los que se enfrenta tanto el quehacer teórico como el político y que se plasman en este escrito.